Nubia Castillo, presidenta del Centro de Historia de Casanare, facilitó un material que relata la historia de la violencia en Casanare, durante la década del 1.950. Esta se generó por cuenta de las guerrillas liberales de Guadalupe Salcedo que disputaban su lucha en contra del Ejército Nacional.
En 1.952 aproximadamente se firma el proceso de paz, en el Hato Alcalá en San Luis de Palenque.
En Casanare hizo presencia el entonces presidente Gustavo Rojas Pinilla hacia 1.953. Este militar entregó algunos bonos a los guerrilleros que dejaron sus armas.
Un año más tarde, en 1.954 llega a Casanare, María Eugenia Rojas (hija del presidente), con la misión de crear el municipio de San Luis de Palenque, como resultado del proceso de paz pactado.
En la década del 70 se genera una disputa de poderes entre la Policía, el Ejército y el Das Rural. Varias personas de la fuerza pública mueren y al final, en medio de un desfile militar por las calles de Yopal, los uniformados sellan un pacto de paz.
Década del 90. La licenciada Nubia Castillo, presidenta del Centro de Historia de Casanare, explicó que el fenómeno del paramilitarismo se debió en parte a la riqueza con que cuenta Casanare, haciendo referencia a la ganadería, cultivos extensivos y al desarrollo petrolero. “Eso generó lucha de poderes y es lo que ha recrudecido el sistema de paramilitarismo y fue más fuerte que la misma presencia guerrillera“
Lida Quevedo es aguazuleña, pese a que la violencia la condenó en vida, es una de las pocas personas que ha visibilizado la situación del conflicto. Ella, vivió en carne propia hechos atroces que aún no se han aclarado.
La situación fue tan grave que había toque de queda hacia las 6:00 de la tarde. Nadie podía salir de un municipio a otro, o podía convertirse en objetivo militar. Paralelo a los hechos de violencia, aumentan en esta época, considerablemente los secuestros.
Mauricio Mojica llega a la Defensoría del Pueblo de Casanare en el 2.003. Describe el conflicto que se generó entre grupos de guerrilla y paramilitares. En su momento denunció cerca de 250 desapariciones y le dijeron que estaba desfasado. “Si estaba mal la cifra. Luego de un recorrido por el departamento la cifra subió a 2.500“
Hacia el año 2.007 el Defensor del Pueblo, Mauricio Mojica Flórez, empieza a denunciar asesinatos y desapariciones que fueron protagonizadas por militares. Más adelante, estos casos se denominaron falsos positivos.
El 16 de abril de 2.009 el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, estuvo en Yopal, en la entrega de equipos y vehículos para la Policía Nacional. En el parque El Resurgimiento, Santos dijo que Casanare fue víctima de la violencia y de vejámenes, pero que recuperó a pasos agigantados su tranquilidad para concentrarse en bienestar y prosperidad, la base de cualquier progreso.
Finalizando noviembre de 2.009 estuvo en Yopal, inaugurando la VIII División el general Fredy Padilla de León, comandante de las Fuerzas Militares. Esta unidad militar tiene como fin fortalecer las operaciones en el oriente colombiano. Su jurisdicción abarca los departamentos de Boyacá, Casanare, Arauca, Vichada y Guainia.
El 29 de noviembre, el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, realiza un consejo comunal en Yopal. Presenta avances de la política de seguridad democrática, pero dejó entrever que son graves los problemas con bandas criminales que surgen de un porcentaje de desmovilizados y de delincuencia común. La guerrilla continúa atacando a la población civil, en un hecho que hacia pocos días se había registrado en Pajarito con la quema de vehículos.
Su caso es reciente, señalando que la época de la cruel violencia en Casanare, se registró a comienzos del 2000. A su hermano Jimmy Alirio Cruz Estupiñan, lo asesinaron el 2 de agosto 2010 cuando se dirigía a Sácama y fue detenido por alguien que se identificó como miembro de las FARC. Después de 5 años, no hay un resultado concluyente de la investigación.
Andrés tiene 31 años, 17 de los cuales estuvo en la guerrilla. Llegó por una invitación a un paseo. No sabía que esa sería su condena a los 14 años. Andrés pasó 6 años planeando cómo escapar y nunca imaginó cuánto había avanzado el mundo. Con el programa de reintegración, este ciudadano tuvo una nueva oportunidad. Hoy en día estudia, trabaja y le da gracias a la vida por darle la posibilidad de ser libre.
Por primera vez en la historia, Casanare tuvo un reconocimiento por trabajar con distintos programas, a favor de las víctimas del conflicto armado, como lo dio a conocer Paula Gaviria, directora de la Unidad Nacional de Víctimas.
Marlene Gutiérrez Oropeza, secretaria de Gobierno de Casanare, no escapó a la crueldad de la violencia. Su decisión fue salir adelante, estudiar y poder ayudar a personas que por alguna situación, requieren su apoyo. Dice que su estudio y el aferrarse a Dios, fue la salida a un mundo de lleno de oportunidades y ganas de vivir.
Lida Quevedo continúa buscando alternativas en distintos municipios, para que los alcaldes, contemplen a las víctimas en sus planes de gobierno. Lucha porque haya una verdadera atención integral a las víctimas del conflicto, trabajando desde su fundación “Yovany Quevedo, Lazos de Vida“.